LA PROMOCIÓN.
Oigo a mucha gente hablar de la promoción del Taxi, pero siempre desde la posición del que está cansado de oír debates sobre la regulación.
Se quejan de que no se habla de otra cosa que de regulaciones, de que se pierde y se ha perdido mucho tiempo sin promocionar el Taxi.
Y yo me pregunto, ¿está reñida una cosa con la otra? ¿Si hablo de regulaciones ya no puedo hablar de promoción? ¿Y viceversa?. Lo que sucede es que hay que priorizar, y priorizar no es descartar nada. Me tengo que situar primero en el presente para después pensar en el futuro, sino puedo acabar como un charlatán iluminado por las ganas más que por la necesidad.
¿Cómo puedo hablar de una promoción para aliviar un dolor sin pensar primero en acabar con la enfermedad que provoca el dolor?. En el Taxi la enfermedad se empieza a vislumbrar cómo MISERIA.
¿Qué quieren promocionar? ¿jornadas miserable de siglos pasados? ¿Taxistas empobrecidos con coches de diez años? ¿Enfermedades físicas y psíquicas derivadas de las jornadas interminables?
¿Cómo puedo pensar en adecuar mi trabajo a las nuevas tecnologías sino me alcanza para pagar neumáticos nuevos? Hablemos de promoción, de tecnologías, del Taxi del futuro, etc..pero después de solucionar el principal problema, el exceso de licencias.
Y esto no se puede solucionar sin antes no he adecuado la oferta con la demanda. La única forma es regulando.
Pero regulando de VERDAD, quitando coches de la calle, asegurando rentabilidad a las horas de trabajo, con jornadas laborales que correspondan a este siglo y no al XIX.
Cuándo mi recaudación sea igual a mi dignidad buscaré la promoción. Entonces tendrá sentido pensar en nuevas tecnologías y en nuevos mercados, mientras no.
Y es así por una sencilla razón, TODAVÍA NO ME LO PUEDO PERMITIR.
Ximo 1605
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