miércoles, 13 de abril de 2016

AVANZAR, NUNCA RETROCEDER

AVANZAR, NUNCA RETROCEDER

La conciliación y la dignidad laboral tiene que ser diaria para que concilie y sea digna. El descanso futuro nunca debe ser el trabajo extenuante del presente. Entrar en la rueda del castigo y del premio es aceptar el castigo como un mal menor, cuando nunca es un mal menor si es castigo. Aceptar la recompensa cada quince días es aceptar que debemos asumir cómo válidas premisas que ya sabemos a priori que no lo son.
Consentir la dinámica premio y castigo es aceptar el método conductista del alineamiento. Es el mismo método de reeducación y aprendizaje que somete a los animales libres a la domesticación.
En la tradición judeocristiana es habitual el concepto sufrimiento y recompensa, método, que embrutece más si cabe a los pueblos oprimidos. Asumir que tenemos que sufrir para luego ser recompensados por nuestra tolerancia, es asumir los perceptos esclavistas de la sociedad capitalista.
En el esfuerzo de emancipación no cabe la negociación ni tampoco el ceder espacios de libertad que me retrotrae una y otra vez a las posiciones que me obligaron a luchar.
Recibir a cambio de perder cada quince días, es ilógico. Daña el sentido común, es moverse para que en verdad nada se mueva. Cambiar un poco para que nada cambie, añadir al maquillaje estético una mueca de originalidad falsa.
Es pretender que tu vida se detenga durante una semana para que en la otra semana reinicie de nuevo el camino lógico, así, obligar a los demás a vivir acorde los postulados que sabemos negativos, pero que aceptamos como buenos sí luego recibimos nuestra «gratificación».
Premio que aceptamos moviendo la colita como muestra de agradecimiento al buen comportamiento, sobretodo, a la sumisión. Mi dignidad no es un sueño que va y viene, no es un logro inmaterial que tenga que desvanecerse cada quince dias para tener que volver de nuevo a la caverna a portar pieles.
No, mi dignidad es intransferible e inamovible, sí es moneda de cambio temporal deja de ser dignidad.
Si se alcanza NUNCA tiene que ser cedida.
Por ello pienso que los fines de semana alternos, son una cortina de humo que nos entretienen mientras olvidamos las miserias diarias de nuestra profesión.

Ximo 1605

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