domingo, 17 de abril de 2016

EL TAXISTA INDIVIDUALISTA

EL TAXISTA INDIVIDUALISTA

El individualismo característico de nuestra profesión es lo que hace tan difícil siempre la unión de criterios, y por tanto, la manera que debemos defender nuestro colectivo.
¿Pero qué es lo que hace del taxista un ser individualista?
A mi modo de ver, es una falsa creencia la que nos vuelve ególatras, y así, el aislamiento personal se hace patente en los modos de toda una profesión.
Pero, ¿Qué creencia es esa?; no es otra que la de creernos «empresarios», es más, para nuestro colectivo en particular, la denominación «autónomo» es posiblemente más dañina, me explico; en denominación de autónomo se nos presenta como de alguien que «goza» de autonomía. Esta definición puede ser valida para muchos profesionales, pero para los que somos un servicio público la definición no se ajusta a la realidad de forma fidedigna.
Nosotros llevamos como herramienta una licencia administrativa que está sujeta a múltiples reglas dependientes de órganos oficiales, y éstos, son los que pueden determinar como debe ser el desarrollo de nuestra profesión. Nuestro papel es la de cumplidores de estas normas para beneficio propio y para servicio a la sociedad. Entonces, en verdad, la autonomía solo existe a la hora de desarrollar las horas de presencia en el trabajo, dando el servicio por el cual se nos ha concedido la licencia. Todo lo demás viene impuesto por una administración que viene subyugada a un criterio político determinado y partidista.

En todo caso somos autonomos «dependientes», y esa dependencia, resta autonomía. Ser consciente de esto es primordial para lograr defender nuestros intereses. Así, la mentalidad «empresarial» solo nos daña, ya que no es real. Una falsa creencia que te hace estar continuamente en expectativa pero nunca en una realización de facto.
Con esta forma de pensar tan peculiar, solo logramos atomizar nuestras fuerzas, ya que cada uno de nosotros solo va a defender unos intereses particulares. Y muchas veces estos deseos indiviualistas están enmascarados con palabras como «libertad» y «crecimiento». Esta confusión de intereses son la base ideológica que va permitir la liberalización del sector y su desaparición después.
Pero en realidad, los intereses son los mismos para todos los que realizamos esta profesión. Y esos intereses se basan en mantener el monopolio a la hora de ejercer nuestra función, y que esta función sea lo más rentable posible, manteniendo la cuotas de dignidad laboral más elevadas que hayan. ¡¡Esos son nuestros intereses!!. Sabiendo esto nos estamos protegiendo, ya que a cada regulación y ley nueva que defina nuestra profesión más difícil va a ser que las injerencias externas se produzcan. Ya que los ataques siempre vienen dados por los amantes del liberalismo, partiendo de una ambiguedad funcional y legislativa, ya que de esta forma se pueden «colar» en todos los sectores que deseen.

Y como los intereses de todos los taxistas son comunes y objetivos, debemos organizarnos partiendo de la base de que es la administración la que nos debe proteger de invasiones externas y de incongruencias internas. Las organizaciones deben tener claro por tanto, que es en la elección de los políticos donde verdaderamente nos la jugamos.

Ximo

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