EL PROBLEMA DE LA JORNADA LABORAL
Un siglo prácticamente después de la conquista de las 40 horas semanales, el taxi se encuentra vacío de ese logro histórico. Nuestra profesión impregna carácter, una esencia personal que doméstica hacía el inmovilismo. Los derechos básicos son brutalmente desechados a la hora de reivindicar cualquier mejora en nuestra penosa situación.
«La dignida laboral empieza por su jornada de trabajo», este hecho tan evidente ante los ojos del sentido común es apartado radicalmente del discurso del taxista. Incluso los abanderados de la lucha en el taxi hacen la vista gorda ante este hecho. Las reivindicaciones se vuelven más un espectáculo que una acción en busca de la mejora de nuestra calidad de vida.
Las asociaciones clásicas presentan las jornadas de 16 horas como logros sin el menor atisbo de rubor.
La deshumanización autoimpuesta es ahora la carta de presentación, y el sonido de las palmas de los pobres desgraciados la firma de aprobación. La calidad de vida ahora ya no pasa por una jornada digna y rentable, y tampoco, por la conciliación familiar, no, ahora la aspiración de los compañeros es morirse de un ataque al corazón en un semáforo, tras realizar una jornada de 14 horas.
Desde los «aguerridos» luchadores de Élite, hasta los «floteros» sin escrúpulos, pasando por los vacuos Fedetaxi, STAC o Gremial, etc...todos, absolutamente TODOS, tienen un denominador común, la total ignorancia de este hecho tan preocupante.
Estos «aprendices» de sindicalistas, destacan más por ser vendedores de biblias que por realistas defensores de nuestra profesión. Son incapaces de entender, que el taxi no es un fin, es un medio para yo poder alcanzar unos estándares mínimos de calidad de vida.
Y nunca, absolutamente nunca puede haber calidad de vida, si no hay calidad en la jornada laboral. Y ésta por supuesto, debe ser de 8 horas diarias.
Los compañeros lo que deberían de entender, que lograr 8 horas rentables a través de una adecuada regulación, sería también, aparte de una mejora en nuestras condiciones, un freno para cualquier tipo de intrusismo en el sector. Ya que si logramos implantar la jornada laboral de 8 horas como un mandato administrativo, también sería de obligado cumplimiento para todo aquel que pretendiera entrar en nuestro sector, por lo tanto, eliminaría automáticamente las aspiraciones explotadoras de todas estas aplicaciones canallas que nos quieren abordar. Y por ello, no le sería rentable intentar introducirse en nuestro sector.
Ximo 1605
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