EL SILENCIO DE LOS AUTÓNOMOS

EL SILENCIO DE LOS AUTÓNOMOS.

Los nerviosos del reloj están parados, se les paro su amado tic tac...no le dan cuerda. Padecemos unos de los momentos más difíciles de nuestro sector y ya no se le oye, se echa de menos hasta las brigadas nocturnas. Brigadas que empapelaban valencia con la cara de compañeros, pero ahora dejan las farolas vacías, vacías de silencios cómplices.

       Cómplices con sus dirigentes,  ya no les preocupa la regulación, ya están conformes. El siglo XIX es un buen siglo, jornadas de 14 a 15 horas, recaudaciones de hace 13 años, ésto ahora es bueno.

      Autónomos Unidos a pasado a ser Autónomos Calladitos, hablan de licencias alquiladas, de promoción y de UBER. Ya no cabe otra cosa en su discurso, discurso que poquito a poquito se parece cada vez más a su odiada Gremial-empresarial.

    Mientras hacen malabarismos con las palabras para no nombrar la regulación. Se acercan un poquito más al lenguaje de la Gremial. Huyen del debate, en su radio han prohibido la palabra TURNOS, como inquisidores que determinan una sola verdad y a vivan la hoguera del pensamiento único con su silencio cobarde.
   
      Los dirigentes callan....y cuando callan se oye un murmullo constante, es el murmullo de la imcompetencia, del engaño y la mentira. Aprueban en asambleas regulaciones que no se atreven a defender, tienen miedo al ridículo, a mostrar la metedura de pata constante. Por ello se esconden en los defensores de lo indefendible en los talibanes de las creencias que no de lógica.
    
     Pero el tiempo se les acaba, el rodillo de la necesidad los va a aplastar. La crisis va poniendo cada uno en su lugar, tardará pero los sillones se convertirán en ascuas ardientes que quemarán su inoperancia. Sus acólitos se convertirán en acusadores y sus amigos en traidores.  
  
  Estoy cansado de mesías y de salvapatrias. Estoy harto de autónomos con discurso de autónomos y de pensamiento de flotero . Estoy quemado de trabajar para no ganar, de medias verdades y de mentiras completas, de engañados y truhanes.
   
      Su silencio es un estruendo en la recaudación de los compañeros, sus justificaciones puñaladas en mi sueldo y sus mentiras horas en el taxi.

Ximo 1605