HARTO
Hoy de nuevo hemos escuchado una telenovela, eso sí, de las malas, de las que repiten el guión, de las que no saben que inventarse para seguir entreteniendo al personal. Unos personajes que derrochan cinismo a raudales, que se tocan debajo de la mesa para darse gusto mientras eyaculan palabras capadas. Satisfacen su egos lamiendo el discurso repetido del otro al tiempo que defecan en las cabezas de los taxistas abraza paradas.
Aquí están los salva patrias, los defensores del autónomo sumiso y esclavo. Los representantes de asalariados que en verdad solo representan lo peor de la profesión, los mediocres de la rosca. Los cutres de la carcajada mellada, los que prometen para incumplir. Los manipuladores de todo, de la verdad y de la mentira. Los cobardes de la oración, los espabilaillos del módulo y la decepción. Los Mesías de la charca y del reloj.
Frente al espejo se masturban, palpadores de trancas ajenas. Venden sus biblias a ingenuos esclavos, alegres siervos sin hogar y con patria en las esquelas.
Diarrea mental que en sucia las paradas, órgano hediondo que brama en los oídos de los zombie.
Ya da igual, ya nada importa, alcanzaremos el Valhalla sacrificando a nuestras familias en el altar de las paradas.
No os preocupéis miserables vasallos que las hojas las haremos a costa de la memoria de nuestros hijos.
Ximo 1605
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