LA INSTITUCIÓN
Estaba atado, no notaba las ligaduras, ni siquiera pensaba que las llevaba. En su cueva era feliz, bueno, feliz no, estaba habituado a eso que le habían dicho que tenía que ser así.
Transcurría sus días de la misma forma. No se cuestionaba otra cosa, ¿Acaso existía otra cosa?. Las historias, los rumores o incluso las leyendas a veces le llegaban. Pero él no las hacía mucho caso, estaba institucionalizado.
Asumía que sus ideas eran suyas, los pensamientos, sus acciones e incluso la rabia que sentía hacia otros era fruto de su elaborada forma de pensar.
No creía en milagros, los mismos que le habían amarrado a la mentira ya se encargaban todos los días de recordarle que pertenecía a un selecto grupo. El grupo de los que piensan todos igual. Es un grupo amplio, donde uno no necesita cuestionarse nada. Todo estaba hecho y bien hecho. El confort de sentirse en el grupo le proporcionaba seguridad.
La lástima, es que él no sabia que estaba en una cárcel, no veía los barrotes, no sentía el castigo de los carceleros, no veía los muros que encerraban su mente. Era la prisión perfecta. Era el encierro de su mente.
La INSTITUCIÓN nunca era cuestionada, realizaba un trabajo magnífico, era tan buena su labor que nadie percibía su engaño. La masa amplia y gris de seguidores eran dóciles a sus propuestas y violentos a los cambios. Era una masa bien adoctrinada, se habían convertido en los defensores de la INSTITUCIÓN.
Está mantenía a la masa ocupada, en su trabajo, con su familia e incluso en su ocio. Se encargaba de todo, proporcionaba lo necesario para asegurarse la supervivencia. Dando esperanza mataba la frustración. Una esperanza basada en el miedo, la mejor forma era hacer entender que sí te cuestionas la INSTITUCIÓN podías perder lo que tenías, aunque esto en realidad no fuera nada.
Nuestro amigo, veía como alguno de sus iguales alcanzaban cuotas de bienestar mejores. Era la otra cara de la falsa esperanza. Hacer entender a la masa que si trabajas duro y no te cuestionas nada...tú también tendrás las migajas prometidas.
Una labor magnifica la de la INSTITUCIÓN, lograba un rebaño tranquilo, con un poco de alimento y un puñado de perros guardianes mantenía a millones corderos tranquilos y sobretodo.....satisfechos.
Yo te pregunto, ¿El personaje de este relato lleva tu nombre?.
Otro Mundo es Posible....y otro taxi TAMBIÉN.
Ximo 1605
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