ÉLITE
Los compañeros se organizan paralelamente a las asociaciones habituales del taxi, mantienen su afiliación a las organizaciones tradicionales, pero tienen la necesidad de dar un paso más allá y sentirse actores de los cambios del taxi. ¿Cuál es el motivo que les lleva a organizarse de forma paralela?¿Por qué los sindicatos actuales no son capaces de aglutinar esas ansias de cambio y acción?
A mi modo de ver, el vacío ideológico, la falta de carisma y de preparación lleva a que los compañeros no se sientan representados totalmente por sus asociaciones.
ÉLITE rellena ese vacío ideológico con otro vacío ideológico, pero lo suple con una presencia más física. Nadie sabe concretamente que hoja de ruta llevan, que idea del taxi tienen y que bases políticas sustentan su ideario.
Pero la acción concreta a cada problema que surge es suficiente motivo para que aparezca la simpatía. ¿Qué puede pasar si esto se hace más grande?, evidentemente, que las asociaciones tradicionales pierdan relevancia en el sector. ÉLITE puede acabar comiéndose por los pies a los sindicatos.
Sindicatos que dejan de ser tales cuando sus dirigentes carecen de ideario ideológico, cuando la transformación real de nuestro sector deja de ser prioridad para dar paso a una necesidad de ser alguien, más que hacer algo.
El representante sindical ya no es un personaje relevante, ya no tiene un discurso hilado, no aporta nada nuevo a lo ya sabido. Además, el criterio propio ya no es importante para convencer y aglutinar, con un «yo haré lo que quiera la mayoría» parece ser suficiente.
Cuando se huye del debate, o se esconden para no dar explicaciones desligitiman más si cabe su cargo. Y por lo tanto, la de la organización entera.
Cualquiera en este sector puede ostentar un cargo de relevancia, no hace falta tener capacidad, ser resolutivo o tener ideas propias. Solo hace falta tener amigos, acólitos y correligionarios que solo miran quién es pero no lo que dice. Esa visión solo hace que degenerar la función del sindicato, cuando el «cualquiera vale» es la tarjeta de presentación, estamos muertos como sector. Colectivo tras colectivo ira surgiendo, pero todos con un denominador común; «somos apolíticos y somos la mayoría». Aquí se acabará las ideas y la renovación, dará igual en que organización estés, todas estarán cortadas por el mismo patrón carente de esencia. Un relleno vulgar y mediocre hará de interlocutor con la administración.
En una masa gris y fácil de manipular se convertirá nuestro sector. No habrá esencia ni ideas, no habrá ideología ni proyectos, solo habrá ganas de mandar, y será el que más grite y el que más repita el mismo eslogan el que llevará las riendas de nuestro trabajo.
Por ello, yo reivindico las ideas, los argumentos, los proyectos y sobre todo la VERDAD como arma de transformación y mejora de nuestro sector. Donde la dignidad laboral sea nuestra verdadera carta de presentación, donde la conciliación familiar, la jornada digna y el trabajo rentable sea nuestro verdadero camino, proyecto y fin.
Para eso solo cabe actuar con la razón, organizarse en base a ideas y proyectos. Destacar al compañero con mensaje y desechar el eslogan vacío y repetitivo.
Ximo 1605