LA RECAUDACIÓN ES LA "LIBERTAD"
Ante el debate que se ha abierto con el tema de la regulación actual los retractores de ésta, han salido en tromba a defender una supuesta "libertad" que coarta esta regulación o los TURNOS.
Esta idea se basa en una falsa apreciación emocional de lo que es la verdadera "libertad" en un negocio como el nuestro.
Aquí salimos todos a ganar dinero. Nadie que yo sepa se compra una licencia administrativa de decenas de miles de euros por el mero hecho de dar vueltas por la ciudad. Necesitamos recaudar.
La recaudación se consigue en una ecuación que emplea varios elementos:
- situación económica global.
- demanda de taxi.
- oferta de taxi.
- competencia
- promoción.
Una buena situación económica del país difumina todos los demás elementos de la ecuación, resta el peso en la fórmula de los elementos menos sustanciales.
Pero en situaciones de post crisis como en la actual, los elementos anteriormente nombrados cogen peso y según sepamos combinarlos sobrellevamos mejor o peor el déficit de trabajo, y por tanto, la recaudación.
Este factor, la recaudación, se vuelve esencial a la hora de disponer de nuestro tiempo para hacer de él lo que buenamente queramos.
Si mi jornada laboral es rentable, puedo a mí antojo, determinar cuándo puedo dejar de trabajar, y por tanto, de usar mi libertad (tiempo) en lo que yo más desee. Pero si mi jornada no es rentable, no recaudo lo mínimo exigible para mantener el negocio y disponer de una vida digna (con el concepto amplio de la palabra) debo extender mi jornada hasta alcanzar los mínimos que garanticen la viabilidad del taxi y de mi desarrollo personal y familiar.
Y es aquí, cuando la "libertad" desaparece.
El concepto básico de los taxistas sobre la "libertad" es hacer de mi jornada laboral una extensión más de mi vida personal. Uno sale a trabajar y conoce la hora de inicio pero casi nunca la de finalización. Entre el inicio y el final de la jornada el taxista precario, incorpora por necesidad (nunca por libertad) todos los elementos personales pero sin dejar de ser consciente que está trabajando, o debe de volver a trabajar.
Esto no es baladí. Es un pensamiento que "pesa" en nuestro consciente. Está presente en cualquier momento, desde recoger al niño hasta visitar a la abuela, son acciones enmarcadas dentro de una jornada laboral tan extensa que anula la vida personal.
Un concepto distorsionado de la "libertad" que engaña nuestros ojos creando una realidad fantasma que justifica lo peor de nuestra profesión; la jornadas decimonónicas y las recaudaciones paupérrimas, por tanto, y en definitiva, la precariedad.
La "libertad" del autónomo es una mentira auto impuesta que desecha la lógica y la razón para abrazar una idea emocional. Así, el dogma a una creencia (heredada) hace muy difícil convencer a través de la evidencia.
Incluso la demostración de que esa "libertad" es falsa se vuelve una labor herculea. Esto es debido a que una creencia emocional arraigada es casi imposible hacerla cambiar, la emoción se siente, se nota físicamente, y por lo tanto, se torna verdadera aunque no se compruebe.
Pero si experimentamos una nueva realidad los conceptos emocionales y no racionales se pueden diluir. Un cambio de paradigma al que nos tenemos que someter porque la realidad nos arrolla: o ganamos dinero o nos vamos a la mierda.
Los TURNOS (o una regulación efectiva), rompen la lógica del pensamiento mágico a través de la organización del trabajo. Su función principal es hacer lo máximo rentable la hora de producción.
Y ahora, hoy mismo, en este preciso instante que estás leyendo esto, *es lo que más te debería importar*.
Cualquier persona que trabaja a turnos no entra en un limbo espacio-temporal que detenga la cotidianidad. Siguen llevando los niños a vacunar y sacando sus mascotas a defecar. La vida sigue.
La ventaja que otorga los turnos (o una regulación efectiva) es de disponer verdaderamente de una libertad organizativa que diferencia claramente los ámbitos del trabajo y del personal. Nos alivia de una carga emocional que en estos tiempos es de gran importancia.
Pero sobre todo, en nuestra profesión, los TURNOS son la opción que mejor (junto a cualquier regulación que sea efectiva quitando coches de la calle) nos puede hacer rentable la jornada laboral y otorgando, además, una conciliación familiar que cualquier persona SENSATA reclamaría para sí misma.
Después del programa de "Cuatro" sobre las jornadas laborales tercermundistas que se trabajan en algunos sectores, nos debería hacer reflexionar y cambiar de paradigma, o seguiremos dando vergüenza ajena y pena a los ojos de cualquier otra persona que entienda la vida y el trabajo con lógica normal.
Pero sin embargo, elegimos a los representantes "sindicales" que perpetúan esta lógica decimonónica sin ningún rubor, demostrado el grave problema de falta de conocimiento y sentido común que padece nuestro sector. Pero por desgracia esto sucede porque nuestros representantes son el reflejo vivo de sus electores... PATÉTICO!
O hacemos rentable nuestro trabajo o nos vamos a la puta mierda. Tú mismo.
Ximo 1605