viernes, 13 de mayo de 2016

RELACIONES DE TRABAJO

RELACIONES DE TRABAJO

«Los ricos son ricos no porque crean riquezas, sino porque la acumulan, los que crean riquezas son los trabajadores»

Discutiendo con un compañero, me di cuenta, que éste, hablaba de una forma condescendiente hacia los asalariados, en especial hacia el suyo. La impresión que daba era que le estaba haciendo un favor a su empleado por el hecho de haberlo contratado.
Esta percepción de la relaciones laborales está muy extendida, incluso en personas que se consideran progresistas. Una concepción clásica que por desgracia se ha hecho un mantra para todo el mundo, es la idea de que «hay trabajadores porque hay empresarios», pues justamente es TODO LO CONTRARIO.

Desde siempre, a lo largo de la historia, el ser humano ha aprovechado su fuerza de trabajo para mejorar sus condiciones de vida, además, de elaborar productos que ayudaban a este fin. Los poseedores de tierras (que casi siempre eran heredadas o arrebatadas a otros a través de la guerra), aprovechan esta fuerza de trabajo alquilando el esfuerzo del campesinado para aumentar su riqueza. Es en la Revolución Industrial, cuando esta especie de contrato mercantil se hace más patente, volviendo por parte del empresario una mercancía la fuerza de trabajo de sus operarios. Para entenderlo mejor; el trabajador vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario.

Así, el trabajador con su esfuerzo paga su propio salario, mantiene los modos de producción del empresario y además, otorga un beneficio que el dueño de la producción acumula. Esto es economía BÁSICA, que a algunos se les escapa.
¿Toda esta relación existiría sin trabajadores?, evidentemente NO.
Este «contrato social» está también en el taxi, por eso, no nos engañemos, el compañero asalariado con su esfuerzo cubre todos los gastos de la licencia, y surte de beneficio acumulable al contratador.
¿Es una relación de equidad?, evidentemente no, ya que todos no partimos de iguales oportunidades. Y es la falta de conciencia del trabajador donde el empresario saca su fuerza para imponer sus condiciones.

Yo soy dueño de una licencia que adquirí en el año 2001, en aquellos años teníamos más oportunidades de poder adquirir una licencia que en este momento. Por ello, las condiciones y las oportunidades no son iguales en todo momento y en todo tiempo. Y no es el afán de mejorar lo que hace la diferencia entre seres humanos, sino las condiciones que la economía del momento establece de forma de relación social entre los iguales.

Con todo esto quiero demostrar que SIEMPRE es el trabajador el que le hace el favor al empresario, ya que además, los trabajdores si supieran organizarse podrían alcanzar cuotas de bienestar que ahora cuesta creerlas, y para eso no hace falta empresarios benévolos que nos dejen seguir siendo explotados.

Ximo 1605

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