EL TAXI Y VOX
Era inevitable hablar de este partido, el poder económico, ese que no entiende de democracia, de derechos ni de libertades ha sacado a pasear a su perro guardián, pero sin bozal.
La extrema derecha siempre ha estado ahí, agazapada en el PP y en CIUDADANOS, escondida tras un discurso neoliberal y cargada de retórica patriótica, sabe alentar a los ciudadanos a dejar fluir un odio hacia el otro que solo pretende esconder una barbarie económica que consiga más si cabe, aupar a una élite ávida de más poder económico.
Amasar dinero no es solo su objetivo, no, su verdadera función es aplacar a las masas ansiosas de justicia social, de justicia distributiva y hacerlos dóciles, mansos en pensamiento pero sobretodo en acción.
Un esclavo sin cadenas que no toque barrotes y vea a sus guardianes no como carceleros, sino garantes de una falsa libertad que «otros» quieren arrebatarles. Una visión sesgada que nunca analiza profundamente una realidad impuesta a base de mitos y mentiras, y que siempre oculta una verdad incómoda.
Puedo entender a compañeros de derechas, conservadores herederos de una tradición que nadie pone en cuestión, pero lo que no puedo entender es que apoyen a partidos políticos de corte neoliberal que aspiran a desmantelar lo público para ofrecer a modo de sacrificio la vida de millones de trabajadores.
Y partiendo de la lógica egoista de está máxima filosofía económica (el mercado se regula solo, y la suma de todos los egoísmos es la clave para que funcione ese mercado) se me hace increíble ver a compañeros apoyando a esta formación política que tiene como meta privatizar hasta las pensiones, secuestrando los derechos de todos para venderlos al mejor postor.
Envolverse de la bandera con discurso patriótico es el primer recurso de los canallas.
Justamente los más entusiastas de la patria suelen ser los menos patriotas.
Atendiendo a la definición de patriota: «Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien», estos partidos son los que menos deberían alardear de patriotismo; son los primeros en permitir que las multinacionales extranjeras acaben con los recursos públicos de su «amado» país (ahí entra tu licencia administrativa), los mismos medios públicos que garantizan una vida más justa e igualitaria a los ciudadanos que pretenden defender, y que sin embargo, despojan de derechos. Una patria pero sin compatriotas.
La amenaza del otro siempre tiene rostro, un rostro calculado para que sea una minoría, un caricatura de semblante que se diferencie en el exterior sin importar lo que nos iguala en el interior. Una cara fácil de señalar para ocultar a los que verdaderamente quiere aniquilarnos.
Cabify y UBER, vienen de la mano del PP, de CIUDADANOS y de VOX, y no vienen para competir en igualdad de condiciones, no vienen para respetar las leyes del juego, no, vienen para acabar con tu modo de vida, para fundirse tu patrimonio y tu herramienta de trabajo engordando su cuenta de resultados, y tú y toda tu «cháchara» neoliberal y patriota solo sirve de combustible para un fuego que va a quemar desde los cimientos tu única forma de vida, tu licencia administrativa y pública.
Puedes enmascarar todo lo que te de la gana una realidad demoledora, puedes hacer juegos malabares con tu discurso, desarrollar una justificación que solo se creen los que piensan igual que tú, da igual, tú lo sabes y yo lo sé; es más fácil que las VTC's arrasen con todo si gobierna el bloque neoliberal.
Cada vez que das vivas a VOX cavas un poco más el hoyo que te va servir de tumba. No pretendas engañarte a ti mismo, porque en el fondo no lo consigues, lo sabes.
Dilo claro, ten coraje, antepones una creencia a una realidad incuestionable. Tu modo de entender las relaciones sociales y económicas entran en contradicción directa con la herramienta de trabajo que te hace llegar a fin de mes, y si esto, compañero, no te hace dudar de tu posicionamiento político es que a lo mejor, verdaderamente merecemos desaparecer.
No seas indiferente ante la evidencia, ésta, la indiferencia, es el peso muerto de la historia, la que perpetúa la injusticia y la miseria a manos de sus propios perjudicados, y quizás tú con tu irresponsabilidad te merezcas la miseria, pero otros, no. Ponle rostro a esos «otros», quizás, los tengas más cerca de lo que te imaginas.
Ximo 1605