VTC: UN CAJÓN DE SASTRE PARA VALENCIA
Atendiendo a la realidad preocupante de cada vez un mayor número de VTC's en nuestra ciudad, y además, de una todavía más preocupante desidia administrativa, creo que con la excusa del intrusismo de esta modalidad de transporte está colándose en el argumentario de los taxistas una justificación a la propia precariedad, y eso a todas luces, es inadmisible.
En este cajón desastre parece que cabe cualquier cosa para intentar ganar esta especie de «guerra» contra las VTC's. Desde la negación a la problemática política y económica de un modelo sustentado en el capitalismo salvaje, a reclamar por los propios taxistas una liberalización de nuestro sector.
Una especie de fiebre anti-regulación que honda en una precariedad que curiosamente era anterior a la actual problemática con este tipo de intrusismo.
Llevamos una década con mentiras sobre falsas regulaciones que han estancado en el siglo XIX a nuestro sector. Unos ridículos dirigentes embaucadores que han aprovechado esta lucha contra las VTC's para no hacer nada deteniendo en el tiempo cualquier atisbo de dignidad laboral.
Gracias al «miedo» a las VTC's desvían la problemática de una precariedad que se ha enquistado gracias a su nefasta gestión, y por desgracia, los taxistas han mordido el anzuelo.
Mi jornada laboral del siglo XIX es anterior a este intrusismo, y a nadie parece importarle.
¿De que me sirve ganar una lucha contra el intrusismo si mi jornada laboral y mi rentabilidad no mejoran?
¿Las paradas de taxis repletas de vehículos detienen el intrusimo o recuerdan la precariedad de mi situación?
El problema de las VTC's es evidente y alarmante, pero no más que la precariedad laboral del sector del taxi.
En nuestra mano está la solución directa a nuestra situación decimonónica. Tomando conciencia de una realidad TERCERMUNDISTA podremos priorizar en las soluciones para al fin, centrar las luchas que acaben con el intrusismo de las VTC's.
Si no mejoran mis condiciones paupérrimas no estaré en las mejores condiciones posibles para ganar esta batalla anti-intrusismo.
La competencia del taxi tiene que ser en CALIDAD y no en cantidad.
Por tanto, hay que desechar la falsa competencia neoliberal basada en la precariedad como modo de condena perpetúa que no me deja alcanzar una justa jornada laboral rentable, y una más justa todavía conciliación laboral y familiar.
prioricemos compañeros
Ximo 1605
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