domingo, 28 de agosto de 2016

UN SECTOR SECUESTRADO

UN SECTOR SECUESTRADO.

Este agosto ha sido un antes y un después, una evidencia que se ha hecho forma en las recaudaciones de los compañeros y en la histeria de la Gremial-Empresarial. Salir a trabajar en el peor mes del año ha pasado de ser un suplicio a un hecho alentador.
Nunca un mes de agosto había dado tanto de que hablar, hecho que confirma el enfrentamiento de dos formas de entender nuestra profesión.

Al más puro estilo de la dialéctica, han entrado en debate dos visiones antagónicas. Pero sin embargo, por increíble que parezca, este enfrentamiento solo ha demostrado las contradicciones de nuestros representantes.

Los amigos del «crecimiento empresarial» obligados por las 12+4 han propuesto una regulación como el ABC+18, pero sin embargo, han desechado el mejor escenario que tenían para demostrar la veracidad de su regulación. Un salto hacía la esquizofrenia que confirma que su defensa del ABC es una mascarada para detener la regulación de Federación, sin pensar verdaderamente que su propuesta es muchísimo mejor que la presentada por Fernando del Molino. Así, ellos tenían que haber sido los mayores defensores de esta regulación estival, ya que si hubieran sido inteligentes habrían aprovechado las ideas del «enemigo» para confirmar sus tesis, dando un golpe de legitimidad al ABC con la demostración empírica de la eficacia de retirar coches diariamente.
Pero no, han caído en su propia trampa ideológica desaprovechando una ocasión única.

Por otro lado tenemos a los que se autoproclaman «defensores del autónomo», éstos, empujados por la lógica de la necesidad y por las ideas de la anterior Junta de Federación han conseguido implantar la mejor regulación estival que se podía dar a un mes de agosto. Un hecho que debería ser acicate para dar al resto del año una regulación tan eficaz como la disfrutada este mes que estamos terminando.
Pero no, como de otro salto al abismo de la locura se tratara, estos señores de Federación van a seguir manteniendo una propuesta de regulación que no sirve para regular, solo sirve para restringir. Por increíble que parezca, ellos mismos apartan las ideas buenas para perpetuar las malas, logrando confirmar que sus intereses son particulares, nunca colectivos.
Por tanto, el miedo a perder el sillón hace que la contradicción sea un argumento, y la pasividad del taxista un arma arrojadiza que utiliza contra el propio sector.
En un acto de prevaricación, Fernando del Molino va seguir defendiendo sus 12+4 a sabiendas que hay otras regulaciones mucho más eficaces, más, habiendo observado el desarrollo de la regulación estival.

Por todo esto, y por más, vivimos en un sector secuestrado por la mentira, la contradicción y la inoperancia. Y todo ello frente a los ojos de miles de taxistas con un demoledor SÍNDROME DE ESTOCOLMO.

Ximo 1605

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