jueves, 5 de julio de 2018

UNIFORME

UNIFORMIDAD EN LA VESTIMENTA Y EN LA MENTALIDAD.

La moda es un hecho pasajero que se construye en unos procesos culturales e históricos acotados en el tiempo.
Uno es lo que es dentro de su contexto histórico.

La evolución en maneras y gustos es constante a lo largo en el tiempo, un cambio de pareceres que transforma a la sociedad en su conjunto.

Volver a los estereotipos arcaicos en el taxi es un indicador de involución cultural.

Ahora es habitual ver de forma generalizada tatuajes, pendientes o barbas pronunciadas, sin que por ello moleste o sorprenda a nadie.
No ser conscientes de estos cambios es un problema para un sector que todavía es claramente conservador.
La «UNIFORMIDAD» es una huida hacia delante que no reconoce los cambios y que sesga una realidad que es más profunda de lo que parece.

La visón subjetiva de una parte del sector no puede ser nunca una norma de obligado cumplimiento. Lo que al señor del Molino le parece como adecuado en la vestimenta a otro compañero le puede parecer antiguo e incluso ridículo.

Estoy de acuerdo en que se tiene que establecer unos mínimos a la hora de desarrollar nuestro trabajo, mínimos que deben ser prohibitivos en una prendas pero JAMÁS obligatorias en otras.

Nuestro vehículo (color y distintivos propios del taxi) es lo que nos hace reconocible y fácilmente identificable, no la vestimenta.
La comodidad y la satisfacción que puede sentir nuestros clientes está mucho más relacionada con la limpieza, la higiene y el modelo del vehículo que con el color de la camisa que lleva el taxista.

Debemos competir con coches más ecológicos, con tarifas reguladas y transparentes.

Competir también es defender los servicios públicos y una redistribución justa de la riqueza que se base en una economía que trabaje para sus ciudadanos, y sobretodo, para que los impuestos se queden aquí.
Esa debe ser nuestra carta de presentación cara a nuestros clientes, no un pantalón de pinza que nos recuerde que tenemos todavía dirigentes que viven en la época del NODO.

Pretender imponer una UNIFORMIDAD arcaica solo es muestra de la incapacidad y de la poca imaginación de unos representantes que tienen una mentalidad clásica que no deja evolucionar y mejorar verdaderamente nuestro sector. Estos mismos que reclaman una cierta vestimenta no se escandalizan de las jornadas decimonónicas que padecemos. Curiosa contradicción que certifica una mentalidad de servidumbre carente de evolución social.

¿Dónde está el debate público sobre este tema?¿Dónde se están recogiendo los distintos pareceres del sector?¿Vamos a poder decidir democráticamente en unas urnas el tema de la uniformidad?

Ximo 1605

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