jueves, 19 de julio de 2018

INSISTO: 12+4 REGULACIÓN FASCISTA

INSISTO: LAS 12+4 SON FASCISTAS.

No ser consciente de la tendencia ideológica de unos hechos no implica que las actuaciones no tengan un cariz determinado.
Pero el miembro de la junta de Federación que se plantó en la manifestación de Madrid a favor del 1/30 con una camiseta de la organización de ultraderecha, racista y xenófoba, España 2000, seguro que era plenamente consciente de su intencionalidad.

Hay varios puntos principales que dan el aspecto fascista a las 12+4:

- La imposición:

una medida de obligado cumplimiento impuesta por la administración sin haber pasado por urnas, es una medida evidentemente antidemocrática, más, cuando anteriores administraciones si le dieron voz y voto a los compañeros.
Una regulación de este calado y de esta implicación requiere «sine qua non» de la participación democrática de todo el sector.

Y por supuesto, hay que añadir la negativa constante de la Federación a solicitar unas urnas al colectivo de compañeros taxistas, obligando, y por tanto, amedrentando a los perjudicados de esta medida.

- La coacción:

la intimidación psíquica que se produce de forma constante en las redes sociales, paradas, espacios radiofónicos y asambleas a todo aquel que no comulga con las 12+4 es continúa, sistemática y se rige por unas reglas ya marcadas con antelación. Una intencionalidad evidente que pretende intimidar a las voces discordantes.

Cabe recordar como en los propios foros de la Federación, son expulsados los compañeros que discrepan abiertamente de esta regulación, o como en la radio sus voces son interrumpidas y distorsionadas a conveniencia de los presentes en el estudio.

En la última asamblea, donde hubo una candidatura alternativa, fue el exponente máximo de la coacción. Se impidió desde la organización que los compañeros se expresaran con total libertad, se lanzaron insultos, gritos e incluso conatos de violencia hacía los miembros de esta candidatura alternativa, todo, para que no dieran su versión sobre las 12+4.

Y por supuesto, hay que recordar, que la cuenta oficial de Twitter de la Federación Sindical del Taxi fue cancelada durante un día por lanzar insultos y amenazas.

- Manipulación y Propaganda:

las mentiras son constantes, la tergiversación de la realidad se hace evidente siendo incapaces de demostrar la bondad de las 12+4 frente a otras regulaciones.
Federación tiene a varios compañeros encargados de la propaganda para manipular el mensaje sobre las 12+4, llegando a tal extremo de hablar de situaciones inverosímiles para así, lograr adecuar su razonamiento frente al otro que se lo está desmontando punto por punto.
Incluso negar las evidencias historicas y factibles que se han producido o se producen en nuestro sector, obviando las experiencias tales como el calendario laboral y el descanso estival.

Y la guinda del pastel es tener a un autónomo-empresario como representante de los asalariados, siendo él, uno de los precursores de las 12+4. Invalidando por falsedad el Consejo de Operadores del Taxi.

- Xenofobia:

La persecución a los compañeros asalariados es histórica; desde las «12 horas para todos» hasta «un taxi un conductor»; la norma de señalamiento y culpabilidad hacia este colectivo minoritario ha sido y es, constante.
Estrategia programada que pretende demonizar una minoría para así, poder ser expulsada con el amparo del resto del sector.
Un trabajo de lavado de cerebro que evite las «malas conciencias» y por tanto, que nadie se desvíe ni se cuestione la intención de expulsar del sector a todo aquel que no sea dueño de una licencia.
Las grabaciones del presidente de la Federación argumentando a favor de las 12+4 «porque así se fastidia al doblado» es la evidencia de la intencionalidad de acabar con los chóferes.

Pero no nos engañemos a nosotros mismos, TODOS sabemos que esto es así.
El discurso anti-chófer y anti-coche doblado se ha propagado como la pólvora durante años por paradas, notas, escritos, whatsApp y radios. No podemos mentirnos a nosotros mismos.

No conocer el contenido ideológico fascista de un deseo, un discuro o de una medida, no invalida el sesgo político de la intencionalidad. La ignorancia no puede ser excusa para la justificación, y menos, cuando ya lo sabes.

«los fascistas del futuro no van a tener aquel gesto de duro militar.
Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír.
Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética.
En esa hora va a surgir el nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo»
- José Saramago -

Ximo 1605

lunes, 16 de julio de 2018

¡YO NO QUIERO COMPETIR!

¡YO NO QUIERO COMPETIR!

En la boca de todos está la palabra «competir»:

a falta de un análisis más profundo de lo que conlleva medirse a otras modalidades de transporte urbano, sirve para muchos repetir hasta la saciedad la palabra «competir», como si de un vocablo mágico se tratara que además, fuera capaz de solucionar todos los males que nos acechan.

En una sociedad de «libre» mercado como la nuestra, la competencia es una burda mentira que engatusa a inocentes ciudadanos para hacerlos más dependientes e invalidos si cabe.

Para que haya verdaderamente competencia deberíamos partir TODOS en igualdad de condiciones. Pero eso es una auténtica quimera.
Una sociedad sustentada en la desigualdad hace inviable la igualdad de oportunidades, es imprescindible una disparidad económica entre ciudadanos que haga posible la existencia de ricos y pobres.

La escasez progamada es la que determina quienes son los poseedores y los desposeídos. Regla básica que se establece en cualquier relación económica, y que por desgracia, no se explica en las escuelas.

Pero volviendo a la «competencia»; nuestro sector debería desechar a los «gurús» internos que proclaman la competencia como elemento básico de nuestro desarrollo.
La licencia administrativa tiene que estar salvaguardada de tenebrosos juegos de mercado que solo persiguen la desaparición del sector público.
Cuando se habla de «competir» con las VTC's se está exigiendo directamente la pérdida de derechos adquiridos.

Un sector como el nuestro debe de estar obligatoriamente regulado para asegurar una mínima dignidad laboral y que además asegure a nuestros clientes un servicio justo y equitativo.

Competir con una multinacional como Cabify o UBER es entrar en formas de precariedad laboral y en falta de conciliación familiar. Cuando se habla de «competencia», automáticamente se habla de copiar la desregulación de estas compañías, sus normas de contratación y su falta absoluta de dignidad laboral.

Nunca he oído hablar de competencia asegurando más derechos sociales y laborales, jamás. Siempre es a la baja y recortando derechos básicos.

Por suerte, en la sentencia del Tribunal Supremo se habla del taxi «como un elemento de interés general», por tanto, se debe proteger ante la embestida neoliberal que desde fuera intenta desmantelar a base de precariedad. Y los primeros que deberían defender estos conceptos básicos son nuestros representantes, pero por desgracia, hay mucho aprendiz de brujo que todavía se cree lo de «la mano invisible del mercado», lectura onanista y adolescente con Adam Smith o David Ricardo.

La administración debe garantizar una gestión pública y el mercado debe respetar las leyes que los representantes de la ciudadanía dan para que se establezcan la correlación justa entre diversos modo de operar en el transporte urbano.

Y eso compañeros, se hace regulando y nunca compitiendo en un marco impuesto por multinacionales, marco, que jamás nos va a beneficiar. Ya que nuestra lucha es otra, nuestra guerra es defender la dignidad laboral, la conciliación familiar y los servicios públicos ordenados y regulados.

Ximo 1605

martes, 10 de julio de 2018

TÚ, SI TÚ.

Del Molino llegó a la presidencia de Federación en septiembre del 2013 prometiendo las 12 horas para todos.
Esa falsa promesa no la cumplió y se sacó de la manga las 12+4.
Regulación que durante cinco años ha impedido cualquier otra medida que aliviara una de las mayores crisis de este país.
El sector ha sobrevivido totalmente desamparado por la culpa de los dirigentes de Federación.
El estado de calamidad al que fue sometido nuestro sector no fue suficiente motivo para que desde Federación se intentará consensuar una salida de la crisis a través de una regulación eficiente.

Hoy, la crisis comienza a ser historia. Estamos empezando a recuperar recaudaciones decentes. Las paradas se comienzan a descongestionar y la hora de trabajo sale rentable.

Pues justamente ahora se va poner una regulación fascista y restrictiva para impedir que la salida de la crisis nos beneficie en toda su plenitud.

Tomando como válido el mismo estudio económico que da autoridad a las 12+4 se puede poner otra regulación horaria, diaria o incluso diaria y horaria a la vez que agilice la recuperación de nuestro sector.

Pues no, los mismos farsantes que abandonaron a su suerte durante la crisis al taxi valenciano son los que van a restringir y a bloquear la recuperación económica.

Y tú, si tú, compañero, volverás a no hacer nada.

Ximo 1605

jueves, 5 de julio de 2018

UNIFORME

UNIFORMIDAD EN LA VESTIMENTA Y EN LA MENTALIDAD.

La moda es un hecho pasajero que se construye en unos procesos culturales e históricos acotados en el tiempo.
Uno es lo que es dentro de su contexto histórico.

La evolución en maneras y gustos es constante a lo largo en el tiempo, un cambio de pareceres que transforma a la sociedad en su conjunto.

Volver a los estereotipos arcaicos en el taxi es un indicador de involución cultural.

Ahora es habitual ver de forma generalizada tatuajes, pendientes o barbas pronunciadas, sin que por ello moleste o sorprenda a nadie.
No ser conscientes de estos cambios es un problema para un sector que todavía es claramente conservador.
La «UNIFORMIDAD» es una huida hacia delante que no reconoce los cambios y que sesga una realidad que es más profunda de lo que parece.

La visón subjetiva de una parte del sector no puede ser nunca una norma de obligado cumplimiento. Lo que al señor del Molino le parece como adecuado en la vestimenta a otro compañero le puede parecer antiguo e incluso ridículo.

Estoy de acuerdo en que se tiene que establecer unos mínimos a la hora de desarrollar nuestro trabajo, mínimos que deben ser prohibitivos en una prendas pero JAMÁS obligatorias en otras.

Nuestro vehículo (color y distintivos propios del taxi) es lo que nos hace reconocible y fácilmente identificable, no la vestimenta.
La comodidad y la satisfacción que puede sentir nuestros clientes está mucho más relacionada con la limpieza, la higiene y el modelo del vehículo que con el color de la camisa que lleva el taxista.

Debemos competir con coches más ecológicos, con tarifas reguladas y transparentes.

Competir también es defender los servicios públicos y una redistribución justa de la riqueza que se base en una economía que trabaje para sus ciudadanos, y sobretodo, para que los impuestos se queden aquí.
Esa debe ser nuestra carta de presentación cara a nuestros clientes, no un pantalón de pinza que nos recuerde que tenemos todavía dirigentes que viven en la época del NODO.

Pretender imponer una UNIFORMIDAD arcaica solo es muestra de la incapacidad y de la poca imaginación de unos representantes que tienen una mentalidad clásica que no deja evolucionar y mejorar verdaderamente nuestro sector. Estos mismos que reclaman una cierta vestimenta no se escandalizan de las jornadas decimonónicas que padecemos. Curiosa contradicción que certifica una mentalidad de servidumbre carente de evolución social.

¿Dónde está el debate público sobre este tema?¿Dónde se están recogiendo los distintos pareceres del sector?¿Vamos a poder decidir democráticamente en unas urnas el tema de la uniformidad?

Ximo 1605