ESCUDOS HUMANOS
¿Es cierto o es una excusa?, ¿la asamblea ata al presidente o es el presidente que aprovecha la asamblea para escudarse?
Creo que muchas veces los dirigentes utilizan a los afiliados afines como pretexto para no afrontar sus propios errores. Coartada infame que vuelve culpables a los ingenuos. Simulando que obedece somete a la mayoría al inmovilismo programado. El «me lo pide la asamblea» es la estrategia perfecta para perpetuarse, el error nunca es del promotor, no, la equivocación o la mentira se extiende como un velo de alquitrán que petrifica al grupo a una idea asumida pero no pensada.
Ya se puede actuar como a uno le plazca, incluso el abismo está justificado. Este tipo de dirigente se ve así mismo como indispensable, un eje en un engranaje mayor que hace rodar la voluntad de la mayoría adoctrinada.
Pero sin embargo, es el más prescindible, no hace falta; sí su labor se limita a ser una correa de transmisión sin opinión o función propia ¿Para qué está?.
No lo dice, pero lo piensa, se cree mejor; no está en la lucidez o espontaneidad de sus ideas acertadas la valía de su posición, no, está en su presencia física. Un SUPER YO que asegura el acierto, un EGO tan grande que ocupa todos los espacios, incluidos los de la lógica y el sentido común.
Lo fabuloso de este tipo de dirigentes es que ni siquiera tienen que justificar nada. Les vale con nombrar a la asociación que representan para que automáticamente quede justificada su pasividad.
La verdad, tengo que reconocer que son seres astutos, esconden sus intereses tras la cortina de los intereses de la mayoría. Pero tienen un defecto evidente y fácilmente detectable: tienen que ser siempre los protagonistas.
Ximo 1605
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