EMBOSCADA AL SENTIDO COMÚN
Una buena ley de movilidad por si sola no mejora nuestra precariedad.
Poner los pilares de como tiene que ser nuestro sector es fundamental; adecuar las formas de entender nuestra profesión nos protege de una parte de nosotros mismos y de las agresiones exteriores.
Esta nueva ley necesita arreglos, pero de fondo es buena, incluso muy buena en su intención básica.
Pero de nada sirve una buena ley si tengo que seguir trabajando de modo decimonónico. Si la ley no alivia la situación diaria de nuestro trabajo es una ley inservible, una cáscara de oro que recubre un huevo podrido.
A mi modo de entender, es una emboscada al sentido común alardear de ley mientras se intenta introducir una regulación diaria como las 12+4.
Las regulaciones son el elemento fundamental para lograr ejercer nuestra profesión con garantías de éxito. Lo determina TODO, la recaudación, las horas, la conciliación, es decir, el día a día. Tener una buena ley de movilidad y a la par una nefasta regulación solo consigue hundir la ley, un esfuerzo que se desecha automáticamente por ineptitud y por falta de miras.
Pero si logramos tener una buena regulación, lograremos al mismo tiempo reforzar la ley que recubre nuestro devenir diario. Este refuerzo haría de la nueva ley de movilidad un marco intocable, y cada uno de nosotros defendería nuestro «status quo» con alma y corazón. Pero eso sí, si las 12+4 como ineficaz regulación no logra aliviar nuestra precaria situación, será la «pica en Flandes» que acabará hundiendo una buena ley.
Los dirigentes deben de mirar más allá de su interés particular, dejar al lado su ego y actuar por el bien común. Que no sean torpes, que en el último momento no la fastidien, que miren de forma global un «todo» sin más intención que el sentido común.
Ximo 1605
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