LA CONCIENCIA DEL SECTOR.
Sin la necesidad de leerse a los clásicos del socialismo utópico y científico, el sector del taxi está alcanzando su "conciencia de clase". Llevados por la necesidad, la realidad, se ha hecho firme en la forma que tiene el taxista de comprender las relaciones económicas que le afectan.
La ofensiva neoliberal, está, por suerte, construyendo un nuevo paradigma, una certeza que se padece de forma objetiva, por tanto, carente de duda: El capitalismo no es como se lo habían contado.
No importa como se llega a esta "conciencia de clase", eso, no es determinante. Tampoco hablamos de una "epifanía" que le haga ver la luz, no, las condiciones materiales son tan absolutamente evidentes que no necesita relato externo para convencerlo.
El sector sabe que se juega mucho, que esto no se reduce a una disputa entre TAXI vs VTC, va mucho más allá, y aquí, es donde la izquierda se la juega.
Es función de la izquierda la pedagogía; aprovechar la situación para hacer del momento histórico que padece el sector un punto de inflexión. El análisis certero desde los posicionamientos de la izquierda tienen que volcarse en los compañeros taxistas para lograr que su lucha no sea una simple disputa sectorial, sino un enfrentamiento directo contra un modelo económico fagocitador que pretende acabar con todo lo público, y no solo con el transporte de personas.
Y está pedagogía la ha iniciado con éxito evidente la formación política UNIDAS PODEMOS.
Ver a compañeros que antaño depositaban su confianza en formaciones de derechas reclamar el voto a UNIDOS PODEMOS es el hecho que confirma que las formaciones políticas tienen que pisar calle y sufrimiento para demostrar cual es su verdadera función; apoyar a los sectores esenciales que entran en conflicto con la economía neoliberal que no entiende de necesidades, al menos que no sean las suyas, es decir, acumular capital para seguir extendiéndose a modo de tumor que aniquila derechos al grito de "viva el mercado".
Pero volviendo a la "conciencia de clase", es necesario remarcar que el "punto de inflexión" es un NO RETORNO.
Una vez alcanzada la "revelación" el compañero taxista está obligado a posicionarse frente un enemigo que no hace prisioneros. Y este posicionamiento es de por vida, independientemente de cualquier circunstancia y siempre de forma generalizada sin importar que sector social está padeciendo el embiste neoliberal y mercantilista.
El taxista siempre deberá estar al lado del sector público y de las luchas sociales que otorgan a los ciudadanos más derechos y libertades.
El sector del taxi no se puede permitir una involución política que le retorne a las ya conocidas contradicciones ideológicas que lo sumían en un conservadurismo que solo ha servido para estimagtizarlo, y así, hacer antipáticas nuestras reclamaciones.
La pelea del taxi es por desgracia continúa, sin descanso y sin cuartel. No cabe despistes ni equivocaciones, no podemos ni debemos confundirnos de bando.
El neoliberalismo, el capitalismo salvaje no concedes treguas ni segundas oportunidades, una vez impuesta su hegemonía jamás retorna lo saqueado.
Y por todo esto, es primordial saber analizar el mundo para lograr interpretar la realidad que nos rodea de forma certera.
Ximo 1605
