NEOLIBERALISMO Y VIOLENCIA
A esperas que el Tribunal Supremo decida sobre el recurso al ROTT de la CNMC. Me parece interesante mostrar como el sistema económico y sus lacayos ejercen una violencia «sutil» (y no tan sutil) sobre la vida de miles de personas.
Ese miedo atenazante que dirige los corazones a un ritmo machacón que despierta al monstruo del «¿que va a pasar?», es violencia.
Esa amenaza invisible pero palpable que sienten en sus sienes muchos compañeros cuando piensan en su futuro es el arma más eficaz de un modelo económico que solo se sirve así mismo.
Un poder que se ejerce con una violencia tan habitual que no es percibida como tal, y que de ahí surge su eficacia. Aceptar el orden económico y sus leyes como inevitables vuelve a la víctima un muñeco de trapo al cual se le puede golpear cuantas veces se quiera.
El estar habituado al sufrimiento no te hace mejor adaptado, te hace solo más servil. Una servidumbre a la «autoridad» exige acatar un falso orden que solo busca que los individuos bailen al son del mercado.
El modelo económico es la infraestructura que determina y condiciona TODO, incluído por supuesto al poder judicial. No entender esto es el ejemplo atroz del que el sistema ha hecho bien su trabajo. Ya que la ignorancia es el opio que vuelve mansos a los siervos y colaboradores a los esclavos.
No hay mayor violencia que la ejercida desde el despotismo económico, una violencia que no entiende de necesidades ni de sufrimiento. Un martillo que golpea el yunque de nuestra personalidad desde que nacemos, moldeando nuestra conciencia para ser más útiles a los ojos del dios mercado.
Por ello, si del Tribunal Supremo sale nuestra muerte como sector ¡NO DEBEMOS ACATAR JAMÁS! La rebeldía es una obligación moral para con nosotros mismos, un acto de autodefensa que debemos ejercer ante la injusticia impuesta desde los paraísos fiscales. La calle deberá ser el lecho donde enterremos a los que pretendan ser nuestros verdugos.
Llegado ese día no tendremos nada que perder, ese día alcanzaremos a ver que desde pequeño nos han colocado una pala en las manos para que cabemos nuestro propio hoyo. Y por tanto, arrojar a la cara de los canallas sus propias herramientas debe ser nuestro acto de rebeldía que pare en seco la injusticia.
No nos podemos permitir pensar como ellos, nuestra pelea no es por tener más, nuestra lucha es por sobrevivir.
Ximo 1605
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