FUEGO AMIGO
Los convocantes del Paro Sectorial de este fin de semana son incapaces de hacer análisis certeros, objetivos y en tiempo presente.
Ocultando sus verdaderas intenciones están vendiendo al sector una lucha por la dignidad que solo beneficia a la administración ávida de liberalizaciones.
En tiempos de bonanza cuanto más pretendas regular (aceptando como base inamovible los dos días libres, el calendario laboral de semana santa y si me apuras las vacaciones de agosto) de forma extraordinaria se puede conseguir el efecto contrario.
Pretender regular cuando objetivamente no es necesario solo consigue que la Consellería se llene de quejas de usuarios por falta de taxis. Suceso que están esperando los neoliberales y los neofascistas de la administración para satisfacer sus ansias liberalizadoras.
Esperando los disparos al pie de los irresponsables dirigentes que tenemos, esta administración se frota las manos por tener la excusa perfecta para cargarse el carácter público y regulado de nuestro sector.
El problema radica que no son capaces de entender nuestros dirigentes, que la dignidad y la libertad del sector del taxi se consigue a través de la RECAUDACIÓN.
Hoy en día el autónomo que trabaja más de nueve horas es porque simplemente le da la gana, ya que todos sabemos (menos los que se hacen trampas al solitario) que con nueve horas se hace la hoja y podemos cubrir los gastos y llevarnos un salario decente a casa.
Luego, es esa recaudación la que determina cuando me voy a casa o si me cojo algún día libre extra.
Con un salario decente el autónomo es libre de otorgarse así mismo la dignidad y la conciliación que desee. Nadie le obliga, y las circunstancias ajenas a sus deseos tampoco le imponen jornadas decimonónicas ni conciliación familiar. Es, él mismo, en tiempo
de bonanza el que determina su realidad material.
No estamos en el 2012 cuando la crisis económica y el reloj (por su incapacidad de regular absolutamente nada) sí que nos obligaba a trabajar como esclavos para poder sobrevivir a través de nuestra misera recaudación. Ahí sí que hubiéramos necesitado una regulación
más restrictiva para tener más dignidad, y no esperar una Pandemia Mundial para que los torpes dirigentes supieran de una vez como había que regular.
Y los que quieren un reloj de 16 horas son los que incapaces de retener sus impulsos enfermizos e imponerse a sí mismos a través de la administración una limitación para no morir de agotamiento en un semáforo un sábado cualquiera.
Además, los amantes del reloj de 16 horas también pretenden cargarse la viabilidad de tener un chofer. Importándoles muy poco las necesidades de recaudación de estos compañeros asalariados, les imponen trabajar como mínimo ocho horas seguidas sin derecho a
descanso.
Ya que cualquier intento de descansar les obliga a parar el taxímetro una hora alargando su presencia en la calle innecesariamente restándole conciliación y dignidad laboral. Y si ese taxímetro no se para, si quieren ir al servicio, almorzar o cualquier
otra cosa ajena a su jornada laboral la tienen que realizar restando tiempo de trabajo (y su derecho a trabajar ocho horas) y de recaudación digna, haciendo inviable su contratación o su salario digno.
Pero esto no te lo van a contar los cínicos y demagogos que se golpean el pecho hablando de dignidad laboral.
Ximo 1605