lunes, 17 de abril de 2017

FEDERACIÓN: Miedo a la libertad de expresión y a la democracia participativa.

FEDERACIÓN: Miedo a la libertad de expresión y a la democracia participativa.

En una decisión sin precedentes la Junta de Federación me ha impedido volver a afiliarme a la asociación.

Desde una lógica antidemocrática han decidido que la dirección es Federación; y la críticas a la Junta son críticas a la asociación, no entienden la separación entre directiva y organización sindical, y por tanto, para ellos la asociación está solo al servicio de los miembros de la junta. Reafirmando la falta de cultura sindical de estos señores.

Fernando del Molino solo ha pretendido mantenerse en su puesto, cualquier maniobra realizada esta pensada para satisfacer un ego desmedido. Un sentido del deber para si mismo, un aparentar ante los demás que le hace inconveniente para el taxi valenciano.

Dictaminar que yo no pueda ser un socio más es admitir que tienen miedo a la libertad de expresión, además, de reconocer cuatro años de inutilidad. Y no hay mejor forma de hacer patente su nulo sentir democrático que  saltarse de facto el derecho participativo de cualquier compañero.
Ahora ellos son los únicos que van decretar quién puede o no tener derecho de asociación. Partiendo de un sesgo mermado por el miedo pretenden eliminar cualquier tipo de oposición a una gestión llena de errores, mentiras e inoperancia.

La decisión tomada hace patente la necesidad de una oposición que devuelva el sentir democrático que Fernando del Molino ha desvirtuado. Después de años estériles, mentiras sonrojantes, falsas promesas y ridículos constantes, solo le queda impedir la libertad de expresión dentro de Federación.

De esta forma pretende ocultar que no se ha logrado absolutamente nada desde su llegada.
El haber pasado los años más duros de una crisis brutal sin haber logrado unos «mínimos» es la carta de presentación que Fernando del Molino no quiere mostrar, y por tanto, solo le queda maniobras antidemocráticas para intentar despachar una gestión nula e ineficaz.

Sabe que la única baza que le queda es vender una ley de movilidad que no ha logrado las pretensiones prometidas, pero que sin embargo, va intentar adjudicarse unos falsos logros para seguir engañando al sector.
Solo cabe recordar las decenas de alegaciones que ha presentado él mismo para mermar una ley que vendió como magnífica y que con el transcurrir de los días se ha tornado de nuevo una cascada de mentiras y falsas promesas, ¿Os acordáis de la desacumulación?.

Y ante está realidad aplastante intentará censurar las opiniones discordantes allí donde pueda, pero sobretodo, en la asamblea del próximo septiembre, que es donde él verdaderamente se juega lo que más le importa; el sillón.

No hace falta decir que no me voy a quedar de brazos cruzados ante esta injusticia.

Ximo 1605

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